martes, 12 de noviembre de 2013

Cáncer, el compañero indeseado del VIH.

Es una realidad que afecta a los pacientes seropositivos en mayor medida que a aquellos que no están infectados por el VIH: una mayor prevalencia de tumores clásicos y no asociados al sida, como eran los tipos de cáncer que se veían al principio de la pandemia, como el llamativo sarcoma de Kaposi, que estigmatizaba a los primeros pacientes de sida.
En la reciente sesión formativa Programa educacional sobre las comorbilidades más prevalentes del paciente VIH, diversos expertos han puesto de manifiesto lo que los estudios epidemiológicos llevan tiempo señalando: que el cáncer golpea más a los seropositivos y que, de hecho, es una de las principales causas de muerte y hospitalización en esta población.
En total, el riesgo de tumores malignos era cuatro veces mayor, aunque en algunos tipos concretos, como el cáncer anal, se disparaba a 25.
Las causas son múltiples. En primer lugar, está el propio virus que "aunque no es cancerígeno, se sospecha que puede tener algunas proteínas que sí lo sean". Proteínas que harían al tejido más sensible a los agentes cancerígenos, como el tabaco. Pero además, está el propio estado inmunológico de los pacientes, aún con la carga viral controlada. "Nunca van a estar como una persona no infectada", comenta Blanco, que señala que "se habla más de la calidad que de la cantidad de las defensas".
En definitiva, los expertos ven esta mayor incidencia como algo preocupante pero controlable. Blanco cree que los seropositivos deben extraer algunas lecciones de estos datos, sobre todo en lo que se refiere a la importancia de la prevención. "Han de llevar un estilo de vida saludable, dejar de fumar si todavía lo hacen, acordarse de la protección solar y vacunarse frente a ciertos virus oncogénicos, como el papilomavirus y el de la hepatitis B", resume. Además, han de ser constantes con los cribados que se recomiendan a la población general.
El periódico elmundo.es 2013-11-12

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