Nada tiene que ver leer en internet que hacerlo en un libro en
papel. Diversos estudios internacionales han demostrado que los usuarios de la
Red no leen de forma lineal cuando consultan información online o una web, sino
que escanean la pantalla. Hacen lo que algunos investigadores han denominado
una «lectura en F»: leen las dos primeras líneas y bajan por la izquierda deteniéndose en
el centro. Después abandonan de nuevo la lectura lineal y bajan hacia la parte
inferior del texto.
Todo ello acompañado de multitud de
estímulos muy atractivos (imágenes en movimiento, vídeos, fotografías,
enlaces...) que satisfacen la curiosidad, que invitan a la distracción. Así, en
cuestión de instantes, se salta de un contenido a otro. Muchos usuarios apenas
pasan entre 19 y 27 segundos en cada web. Cada pinchazo es un descubrimiento. Pero de toda esa información ¿ha
captado la web la atención del internauta? ¿ha logrado el usuario profundizar
en el contenido? ¿se ha concentrado en lo que leía? ¿ha retenido algo en la
memoria?
A estas preguntas responde en su blog (kidsandteensonline.com)Guillermo Cánovas, director del Centro de Seguridad en Internet para los menores en España, dependiente del Safer Internet Programme de la Comisión Europea.
Cánovas expone toda una serie de investigaciones internacionales que alertan de
los riesgos que los niños corren si se habitúan a leer solo en internet. «La
lectura en "F" es necesaria y fundamental ante la cantidad ingente de
información que circula por internet. El problema es quedarnos solo con ella»,
explica Cánovas. El experto advierte que «no debemos asumir que los niños adoptarán
ambas formas de lectura sin problemas y sabiendo diferenciar perfectamente
entre una y otra».
El
peligro está en los más pequeños, que no tienen una experiencia previa en la
lectura lineal y continua y pueden acostumbrarse a leer como en internet, a
saltos. «La lectura de un libro es reflexiva, permite profundizar, asimilar y
afianzar información, datos y conceptos. Esto también debe entrenarse. Más que
antes», afirma Cánovas. Por eso, aconseja que es «vital que los niños y
adolescentes de hoy lean libros enteros, profundicen y reflexionen sin distracciones. En este momento
que los niños lean libros debe ser una prioridad para padres, educadores y toda
la sociedad».
Se trata de prevenir en España lo que ya
está ocurriendo en algunos países con una sociedad más digitalizada. Por
ejemplo, Corea del Sur es el país más conectado y digitalizado del mundo. Su
fibra óptica es 10 veces más rápida que la banda ancha que hay en Gran Bretaña. El 93% de los niños coreanos de 3 a 9
años se conecta regularmente a internet a través de diferentes dispositivos. «Y
eso está dando problemas», dice Cánovas. La adicción a internet afecta a unos
210.000 niños coreanos.
Cánovas cuenta que hay estudios
internacionales que han alertado de que algunos adolescentes no son capaces de
leerse un libro completo y tienen problemas para responder correctamente a un
comentario de texto. Una investigación realizada por la Universidad de Londres,
entre chicos de 12 a 18 años demostró que, si bien los
adolescentes son seis veces más rápidos que los adultos en encontrar una
información en internet, también tienen menor capacidad de concentración, para leer y para escribir textos
largos.
El periódico abc.es 2013-10-28
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