La anorexia comienza de la manera más
simple. Comentarios sobre la figura, el peso o la manera de comer pueden
influir mucho más de lo que pensamos. Los cánones de belleza que aparecen en
los medios, pueden influenciar hasta límites insospechados en jóvenes y
adolescentes que pueden considerar que parecerse a sus ídolos les ayudará a ser
más «guays». Internet está lleno de webs que les ayuda a «mantenerse sin
alimentación».
The
Family Watch en su último informe, se puedo observar cómo la percepción de la enfermedad por cada uno
de los miembros de la familia juega un papel primordial en la intervención y en
la respuesta al tratamiento.
En esta investigación se afirma que la
familia juega un papel fundamental en los trastornos de alimentación, ya que se
puede observar que en algunos casos puede
contribuir tanto en la aparición del trastorno como en el mantenimiento del
síntoma. En el documento se hace referencia a un estudio de Bruch H («Family transactions in eating disorders»
Comprehensive Psychiatry 1971, 12 3: 238-248) donde se revela la
existencia de «conflictos ocultos relacionados con la actitud parental, en
particular al describir a las madres como «psicológicamente agonizantes», que
torturan a sus hijas con comentarios sobre sus dimensiones corporales. También
hace alusión a los padres, a quienes se les atribuye una «preocupación extrema
por el peso y la figura de sus hijas, al igual que por la de ellos mismos».
De la misma manera, continúan en la
investigación, que Slade P («Family
transactions in eating disorders» Comprehensive Psychiatry 1971)
menciona que existen dos factores predisponentes que pueden contribuir al
desarrollo del trastorno de alimentación: la «insatisfacción con la propia
vida» y la «baja autoestima», resultado de los conflictos adolescentes y de
problemas intrapersonales, lo cual apunta más hacia las primeras experiencias
de la vida y a aspectos relacionados con el área social.
En concreto, Eisler et al (J Children Psychology Psychiatry 2000)
hace referencia a la «gran frecuencia de dificultades en el vínculo establecido
entre la madre y la hija», por lo que la familia parece desempeñar un papel
importante, «no como agente causal específico, pero sí con un estilo educativo
sobreprotector que actúa como mantenedor del síntoma». Otras investigaciones,
recogidos en el publicado por The Family Watch,
establecen descripciones de las madres y los padres de los pacientes con
trastorno de alimentación, donde la madre está «superinvolucrada y confundida
en la relación con la hija», en tanto que el padre es descrito como «frío y
distante».
«Las
relaciones familiares y las funciones parentales adecuadas son, pues, de vital
importancia», remarcan desde The Family Watch. Sin lugar a
dudas, concluyen los investigadores, «los padres de pacientes con anorexia
nervosa pueden estar deseosos de encontrar la forma de ayudar a sus
hijas/hijos, con el padecimiento, por lo que es crucial involucrarlos en la
atención para ayudarles a proveerles un adecuado apoyo en casa».
El
periódico abc.es 2013-11-08
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