No es un problema aislado, y a pesar de que las infecciones
de orina son más frecuentes en la edad adulta, su incidencia también es
importante en la infancia. Aunque hasta los seis meses de vida, la infección de
orina es más frecuente en los niños, a pesar de esa edad la incidencia en niñas
se multiplica por 10; de hecho, se calcula que hasta el 5% de las niñas
en edad escolar tendrá esta patología.
Según datos aportados por Esmeralda Núñez,
secretaria científica de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP)
-integrada en la Asociación Española de Pediatría-, la infección de orina es un
problema frecuente en los lactantes y niños, con una prevalencia aproximada del
2-5%. "Alrededor del 5-8% de niños y niñas menores de dos años con fiebre,
en los que no se encuentra un foco responsable en la exploración, tiene una
infección de orina".
Lo primero de todo es distinguir las
diferentes infecciones que puede tener el niño, ya que lo síntomas varían en
función de la edad y el tipo de problema. Por eso hay que distinguir entre cistitis(infecciones
que sólo afectan a la vejiga) y pielonefritis aguda, que se
trata de infecciones que llegan a afectar al propio riñón.
Según enumera la doctora Núñez, los
síntomas predominantes en la cistitis son dolor durante la micción, necesidad
constante de orinar y con urgencia, retención ocasional, dolor abdominal debajo
del ombligo y, en ocasiones, restos de sangre en la orina.
En la pielonefritis aguda, en cambio, la
sintomatología es más llamativa con fiebre (a veces elevada y acompañada de
escalofríos), dolor abdominal o lumbar y vómitos. "En lactantes y niños
menores de dos años, la pielonefritis puede manifestarse únicamente como fiebre
sin evidenciar foco en la exploración o acompañarse de rechazo del alimento o
incluso estancamiento de peso", aclara.
Los padres deben llevar a sus hijos en
cuanto presenten alguno de estos síntomas. En el caso de niños mayores, explica
la especialista, describirán las molestias al orinar y, en el caso de los
lactantes, será suficiente la presencia de fiebre, estancamiento de peso o
incluso síntomas gastrointestinales (vómitos, diarrea, rechazo de la
alimentación) los que obligarán a la familia a consultar al pediatra, de forma precoz
en los menores de tres meses.
Tres los signos más destacables que enumera
el doctor:
1.
Dolor al orinar.
2.
Tinción en la orina (un color diferente al de siempre).
3.
Si se toca en exceso las zonas genitales.
En cuanto al diagnóstico, explican los
facultativos, el definitivo de infección de orina sólo se puede realizar
mediante un cultivo de orina recogido de forma correcta. Pero, en espera del
resultado del cultivo, aclara Núñez, la orina se puede analizar mediante tiras
reactivas y exámenes al microscopio que orientarán el diagnóstico y hacia la
necesidad de iniciar un tratamiento.
Es muy importante que los niños mantengan
una higiene adecuada y que los padres tomen
algunas medidas importantes de prevención. Alguna de ellas, expone el doctor
Tormo, son: no dejar a los niños los pañales mucho tiempo sin cambiar, evitar
la humedad, favorecer la costumbre de que aprenda a regularizar su vejiga y a
hacerla autónoma, y, en general, tener una buena higiene en todo el cuerpo y
especialmente en la zona íntima.
El periódico elmundo.es 2013-11-09
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